jueves, 22 de noviembre de 2007

Kiev, de Vuelta a la Gran Ciudad Ucraniana.

Llegamos pronto a la estacion de donde salimos en nuestra Odisea, hace bastante fresquito, pero enseguida se templara el dia. Paramos en una cafeteria de camino a nuestra residencia, para algunos desayunar y otros cambiamos dinero. Despues de andar un rato llegamos a nuestro lugar de residencia para esta ultima noche, un hotel que esta bastante bien. Dejamos todo en el lugar y nos vamos hacia la embajada de España, cogemos el metro, nos sumergimos en el subsuelo, y vamos hasta la parada 5ª parada y nos bajamos. Ya conseguimos llegar, entramos en la estancia con puerta blindada, y en las escaleras esperamos, aparece una chica muy maja ella, bastante divetida, nos pregunta que tal estamos y que nos parece el pais. Todos decimos que estamos encantados con el Pais y con el trato recibido. No podemos entrar todos, asi que se forma un grupo de 4-5 personas y entran a hablar del proyecto del Intercambio Transfronterizo. Los demas esperamos fuera. Y aquí es cuando entra en funcionamiento el Txalu (mi alter-ego), y es que Lidia y Maria han escrito la cronica del domingo en mi ordenador y con tantas prisas lo guarde en mi formidable Office 2007 ( con el que estoy escribiendo este relato), y es que casi nadie lo ha instalado en su pc, y aquí en ucrania los ordenadores de los ciber no suelen ser muy modernos. Nos vamos a buscar un ciber Lidia, Maria, Olga, Joserra, Willi y yo. Vamos a un portal donde nos dicen que no pueden ayudar. Entro en el bloque y subo por las escaleras, me cruzo con una mujer que sale con su perro, sigo subiendo y me doy cuenta que los demas estan en la planta inferior, bajo y entro en el piso, alli hay una chica y un chico que amablemente nos dejan su ordenador, pero es hora de comer y se les ve que tienen ganas de marcharse y cerrar la oficina. Nos vamos agradeciendoles la ayuda, y la verdad que no pudimos hacer nada ya que no habria su office nuestro archivo. Los demas del grupo estaban comiendo ya en la pizzeria chilintano y nosotros buscando otro ciber. Cerca de correos encontramos uno, el cual lo lleva una señora mayor un poco rara, jajaja. Nos conectamos y esto no va bien, encendemos el pc y vaya Windows 98, ummm creo que ni de coña conseguira abrir un Office 2007, me miran mal, Txalu esta en un aprieto. Pido perdon, le enviamos a Ander una copia del archivo por email, la recibe e intenta abrirla en casa, pero tampoco puede, nos llama, pasa el tiempo y tenemos mucha hambre. Ya por fin llama Ander “ya esta colgado, lo he podido abrir” dice. Que gran alivio abrimos la pagina desde el ciber y hay esta ella con la nueva cronica subida, salimos del ciber y nos vamos a la pizzeria muy hambrientos alli nos esperan 8 pizzas de diferentes ingredientes que nos llenaran por completo. Despues de comer nos dedicamos a recorrer la ciudad y comprar diferentes regalos , en mi caso compro unas camisetas de la selección de Ucrania para mi primo y para mi hermano, yo tambien me llevo una como recuerdo, con el 7 en la espalda de Shevchenko. Nos vamos a la plaza Naranja y alli esta la estatua del Santo de la ciudad, la noche esta ya encima, todo se llena de luz y de color. Volvemos al lugar de encuentro y entramos en una hamburgueseria a tomar algo y darle un regalo a Dima, un movil es nuestro regalo, porque su anterior telefono estaba hecho polvo ya. El se pone muy contento y dice su frase: “¡que fuerte!”, jaja. Se lo merece por organizarnos este gran viaje, es un artista increible y un gran amigo para mi. Cogemos el metro y nos vamos a esperar a Rufino y a Olga en otra zona de Kiev, vamos a cenar en un restaurante Italiano para terminar nuestra estancia en Ucrania sin comer comida tipica ucraniana, entramos y nos acomodamos en diferentes mesas, miramos las cartas y cada uno pide lo que mas le apetece comer, yo me pido una lasaña y despues me tomo mi té. Esta muy buena la comida. Viti dice que va a pagar con lo que queda en el bote y si falta dinero tendremos que poner algo mas.








Despues de contemplar los paisajes preciosos que aparecian en las tv del restaurante y la agradable cena nos vamos a la residencia, porque tenemos hora limite para llegar y los metros tambien se acaban en esta grande ciudad. Montamos y llegamos a nuestro destino, el hotel. Subimos a las habitaciones. Me meto a la cama, creo que no voy a poder dormir, es triste todo esto, pero cuando me quiero dar cuenta suena la alarma, la hora a llegado.

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